Las comunidades amazónicas enfrentan múltiples amenazas a medida que la pandemia se propaga por el bosque, incluyendo un aumento de la violencia, altos niveles de morbilidad y mortalidad, falta de acceso a atención médica y equipo de protección, escasez de alimentos, falta de ingresos y catástrofes ambientales como  el aumento en la deforestación, derrames de petróleo, incendios e inundaciones. 

Durante más de 500 años, los pueblos indígenas de la Amazonía y de las Américas han enfrentado invasiones y pérdida de sus territorios ancestrales, discriminación étnica y socioeconómica y la amenaza constante de exterminio físico y cultural que ha resultado en desplazamiento, enfermedades y genocidio.

Ahora, los pueblos indígenas, en particular los ancianos, los sabios y los que viven en aislamiento voluntario, corren un grave riesgo por la propagación de la pandemia de COVID-19. Las comunidades forestales tradicionales están igualmente amenazadas, incluidas las comunidades ribereñas, los quilombolas, los recolectores de caucho y otras poblaciones que defienden el bosque con sus vidas.